El siguiente gasto mensual más grande tras el alquiler o la hipoteca, salvo que también estés pagando letras del coche, es la cesta de la compra, sea para una persona o varias. Es otro aspecto que cuidamos poco ya que la comodidad suele prevalecer: vas a ir al supermercado más cercano y la falta de tiempo también hará que no te pares a comparar precios o ver promociones. 

Recientemente la OCU ha publicado su estudio anual de los supermercados más baratos y más caros, y la cesta de compra más barata posible según establecimiento o localidad. Escogiendo bien podremos ahorrar hasta 900 euros. Puede parecer una tontería si vives de alquiler estar cerca de los supermercados más baratos pero 900 euros más otros ahorros hace que la decisión sea importante. Dejando de lado las menos conocidas y a la postre las que menos establecimientos tienen, Dani, Alcampo, Mercadona y Lidl son las más baratas a la hora de realizar una compra tipo para el mes. Si estás cerca de una de ellas, estás de enhorabuena porque vas a ahorrarte decenas o incluso cientos de euros al año. 

Pero si no lo tienes cerca, eres de los que va en coche a todos los sitios y no estás para cargar con varias bolsas o un carro, o simplemente prefieres no perder el tiempo en bajar, comprar, pagar y subir a casa cuando puedes hacerlo todo en 2 minutos, la opción online es como con casi todo hoy en día una salida perfecta. Las grandes cadenas tienen obviamente sus supermercados online pero ten en cuenta que ellos prefieren que vayas en persona ya que con los impactos visuales acabas comprando más en vez de ir a la lista objetiva y racional que guardes en el ordenador. Por eso también hay que escoger bien qué plataforma usar para que te traigan a casa la compra, en cuánto tiempo lo hacen y cuánto te cobran o no a partir de cierta cantidad. Haz una lista de lo que consumes mensualmente y comprueba en cada plataforma lo que te costaría sumando los gastos de envío. Luego sólo tienes que guardarla ya donde lo hayas escogido y tendrás tu compra en la puerta de tu casa al mejor precio. 

Carritus y Tudespensa.com son las más populares. En ambas puedes guardar la lista para posteriores envíos, pero la más completa sin duda es Ulabox, donde puedes comparar marcas, canjear vales descuento y recibir la compra gratis desde 59 euros. 
Pero si lo que quieres es aunar comodidad y precio pero tampoco te ves comparando continuamente para ahorrar un poco (al fin y al cabo esta serie trata de ahorro pero también de tiempo y comodidad), te recomiendo combinar Ulabox con Amazon Prime, un servicio de Amazon para premiums donde puedes también comprar los alimentos, productos de higiene, para la casa, etc., simplemente por 19 euros al año. Puede parecer un gasto baladí, pero además con ello tendrás envío gratis en cualquier compra (no sólo el supermercado), un espacio ilimitado para fotos y promociones especiales. Vale la pena a poco que compres al año en Amazon. Ah, y si quieres comparar la cesta en los diferentes súper online y luego elegir con cuál hacer el pedido, Soysuper es tu página. 

En resumen: Comparar en Soysuper, Ulabox o Amazon Prime para alimentación. Con esta combinación tendrás más tiempo y a la vez ahorrarás. Dirás que eso fomenta estar encerrado en casa, pero muy al contrario, piensa que usar Internet para todo ello te proporcionará más tiempo para salir a la calle y disfrutar del ocio y no de las obligaciones permanentes de “los recados”. 

Feliz compra y ahorro y continuaremos con más formas de comprar y ahorrar en los próximos posts
A pesar de mi paulatina desconexión del ruido diario es imposible no estar al tanto de la penosa situación general, lo que hace fortalecer y seguir reivindicando el camino individual. Soy muy insistente en el planteamiento base y sé que es injusto generalizar, pero los acontecimientos son los que son. Los límites a los que está llegando la situación actual, centrándonos en España, no hace sino demostrar que los de arriba son lamentables pero que es la ciudadanía quien los ha puesto ahí. Cada día alucino más con las peripecias de unos partidos divididos por la ambición o unidos por la corrupción, a unos políticos que están entre la inacción de uno y el postureo del otro, entre el populismo básico y el lucimiento de trajes.

Pero hay que insistir en la clave: a todos ellos les importa un comino nosotros o el país o cualquier otro problema. En el fondo, más allá del ruido, está el lecho marino del acomodamiento de una clase donde todo parece dividido y enfrentado pero donde subyace el quid del sistema: todos contra todos para mantenernos a través de la estupidez y bisoñez ciudadana en la buena vida pública, con la aquiescencia, claro, de los medios, que viven lógicamente de la polémica y de las idas y venidas de esta “democracia” tan entretenida. Y mientras, los ciudadanos, nosotros, seguimos en el frentismo ideológico y el borreguismo, el autoengaño continuo de pensar en una dignidad que no tenemos, puesto que los que criticamos son el reflejo de lo que somos.

Desengáñate: detrás de toda la maraña de corrupción hay millones de personas que les han apoyado, han callado, han votado. Los unos seguirán siendo así y sus subalternos funcionarios, sus familias, sus amigos, también, tan culpables como ellos de la red tejida. Lo demás son eufemismos; y los otros serán igual en el futuro, acurrucados mientras en el calentito mando de la progresía y el falso interés por el pueblo. Pero ve más allá, tanto unos como otros se retroalimentan y viven de este sistema polarizado, les encanta ser “antagonistas”, sobre todo porque están alimentados por el verdadero antagonismo entre ciudadanos, consecuencia de la ignorancia, el sectarismo, la desinformación y los tan españoles defectos que tardaríamos en enumerar. Es un negocio como otro cualquiera y te necesitan a ti, eres un mero instrumento.

Por eso sigue tu camino, aléjate del ruido de unos y otros, porque son el reflejo de la sociedad que les apoya o critica, entre la aceptación tácita del que vota al corrupto, la vana ilusión del que vota el supuesto adalid del pueblo o peor aún, el “veletismo” de otros cuantos que fluctúan entre un cambio pero sólo poquito y no se atreven siquiera a militar en la comodidad de una ideología concreta. Así las cosas, el único perjudicado serás tú, aunque en el global como vemos, el país sigue girando sin necesidad de gobierno, demostrando la inutilidad de unas instituciones hechas para el negocio de lo representativo. Sin embargo, sí hay daños colaterales, porque sus absurdeces y atrincheramientos son válidos para ellos y seguir viviendo del cuento, pero nos hacen perder puestos de trabajo, dinero en la bolsa u oportunidades de negocio. Pero eso da igual ¿verdad?, lo importante es estar en una de las trincheras.

Hay que olvidarse del ruido, evitarlo, ser crítico, sopesar, analizar y tomar decisiones particulares en el bien propio, que a la postre será en el general. Lo contrario, aunque parezca solidario, es estúpido, es ineficiente. El resto que siga votando, siendo sectario, admitiendo o callando corrupción, ilusionándose con ideas que él mismo no llevará a cabo por practicidad, etc. Es el ciudadano de a pie, ese que se indigna si saber el qué o el por qué, que acepta algo sin conocer de dónde procede, que dice si pero no, no pero si… Es duro retratar la realidad, porque todos formamos parte de ella, pero ya que es difícil cambiarla, intenta cambiar tú mismo y evita alimentar el circo de los políticos, los medios y las discusiones familiares de Nochevieja.

El camino es sencillo y complejo a la vez, porque hay que salir de la zona de confort, pero la señal de aviso es paradójicamente la buena señal escondida en una supuesta mala: el ir contracorriente. Será la prueba de que vas por la buena senda. La serie de auditoría personal y minimalismo sería una buena forma de comenzar…