En el anterior post hablábamos del ahorro, de cómo intentar ahorrar siempre que se pueda y de la cantidad que se pueda siempre, claro, que no sea una obsesión que te impida disfrutar de la vida y que el beneficio absoluto supere el sacrificio, es decir, no sea en realidad tal sacrificio.

En esta entrada nos centraremos en otras opciones de ahorro. Subiremos un escalón pero seguiremos en el terreno seguro, renta fija o fondos garantizados, más aún en la coyuntura actual y la que se vislumbra de tipos por los suelos. Habrá por tanto que buscar otras fórmulas para que el dinero se multiplique o al menos no pierda valor. El resto de formas de inversión (acciones, futuros, materias, divisas, crowdfounding…) las dejaremos para los últimos capítulos, ya que como apuntamos seguimos un orden lógico de acción y por tanto para aprender y descubrir renta variable y otras formas antes es mejor tener atado cómo gastar menos, ahorrar más y por tanto tener ese remanente para poder “arriesgar”.

Lo que está claro es que la cosa no está para sacar mucho rendimiento (tipos casi a cero, las bolsas son una montaña rusa…). Según está y estará el mundo, más vale que seas tu propio asesor financiero o bien lo pongas en manos uno. Esto nos lleva a uno de los primeros gastos útiles que todos deberían hacer: sesión con asesor financiero. Nos quejamos mucho pero nunca o rara vez consultamos a expertos, no tenemos esa cultura, siempre pensamos que sabemos más de lo que sabemos y que el resto sabe menos de lo que aparenta. Muy español. Sólo en salud a la mínima vamos al médico, ¿por qué no al mínimo traspiés económico o duda financiera no vamos a un asesor, experto fiscal o bancario? Y ya que nos quejamos también de gastos innecesarios o excesivos, pues estaría bien empezar por quitarte algunos de verdad inútiles y que tú crees imprescindibles y emplear ese dinero en por ejemplo esa charla con un asesor. ¿Te parecen caros 50-70 euros una hora? Bueno, creo que es una inversión en tiempo y conocimiento razonable. Es un buen comienzo. No es sólo para gente con mucho dinero o inversiones, creo que para la gente de la calle es más necesario. Puedes consultar la legalidad de los asesores en la EFPA.

Vamos al lío:

Lo primero es hacer números: de qué dinero ahorrado dispongo, si lo debo tener disponible para emergencias o no, el plazo y si puedo hacer aportaciones periódicas fijas o probables, si bien lo más eficiente sería aportar una cantidad fija cada mes. Con este esquema ya queda buscar la mejor opción, siempre en el medio y largo plazo. Para el corto y volviendo al argumento de los tipos y por tanto el nulo interés (nunca mejor dicho) en el corto plazo, ya nos ocuparemos, aunque aquí tenéis las cuentas corrientes mejor remuneradas. 

Eso sí, para dinero de uso habitual, y así sacas el máximo rendimiento del que no necesites disponer. El esquema sería:


  • Cuenta nómina (con nómina real o aportaciones fijas si eres autónomo, freelance, etc.).
  • Cuenta corriente (dinero de disponibilidad inmediata que al menos no pierde valor para gastos e inversiones de riesgo y sin comisiones de mantenimiento).
  • Fondo/s o PAC: dinero sin necesidad de disponibilidad para inversión medio-largo plazo.

Sencillo y sin más jaleos por ahora. Escalado, diversificado y sin riesgos.

Pero diversificar no significa moverlo continuamente. Lo haremos para el interés compuesto, pero no para fondos, ya que lo único que conseguiríamos sería multiplicar las comisiones inherentes al producto.

Antes de invertir bien, saber dónde no invertir:


  • Letras y bonos del tesoro: teniendo en cuenta la situación política y económica, mejor no meterse en un mercado el de la deuda que a medio plazo casi perderías dinero y a largo no vale la pena. Es lo primero que te venden como ahorro seguro y con más rentabilidad, pero los tipos del 8, 10, 12% ya son historia.
  • Planes de jubilación: me adelanto a las dudas de muchos sobre contratarlo en vez de un fondo, sobre todo si la intención es realizar aportaciones periódicas y no sacar el dinero. Además tributa menos a Hacienda y las aportaciones reducen la base imponible del IRPF. Sin embargo tiene más inconvenientes que ventajas:

- Para empezar, a pesar de la ventaja fiscal, al retirar los fondos habría que tributar de nuevo como rendimientos de trabajo.

- No puedes disponer del dinero hasta la jubilación o contingencias especiales y graves (enfermedad, discapacidad, paro continuado…)

- Las comisiones son más altas.

Dicho esto y siguiendo los parámetros de independencia y rentabilidad, el PAC y el fondo de inversión y garantizado son las mejores opciones.

Los fondos

Cuando entras tendrás unas participaciones en una inversión colectiva y controlada por una gestora. Tendrás seguridad y flexibilidad a la vez, diversificación, fiscalidad y con casi infinitas posibilidades de mercados. Pero ojo, aquí estamos para hilar fino y ya intuirás que si los bancos te intentan vender siempre fondos, entonces hay que sospechar. Efectivamente, todos los bancos ofrecen varios fondos y a través de ellos invierten y se financian, mueven el dinero y obtienen beneficios jugosos. Ellos te “permiten” entrar el pastel pero sólo para adornarlo. Te venderán los fondos que les interesan, en aquellos mercados donde quieren apostar más fuerte. Prueba: los 10 fondos más vendidos del año por los bancos perdieron dinero, un 0,13% de media (aquí el artículo).




Contra eso no podemos luchar pero al menos intentemos coger un trozo de pastel y comerlo como queramos. Fondos hay muchos: renta fija, mixtos, monetarios, de todas la bolsas imaginables… Puedes buscar por tu cuenta tu cartera más adecuada e intentar contratarlo en tu banco, pero quizá no lo tenga o no le interese. Además te pedirá un test de conveniencia donde tendrás que demostrar tu capacidad de inversión, conocimientos y experiencia. 

La otra opción es ir directamente a la gestora del fondo (aquí un comparador ) y buscar el más adecuado (aquí los mejores fondos garantizados) y cualquier información especializada aquí.

Pero aún hay más. Puede ser que ni ellos mismos comercialicen directamente el fondo que quieres. Entonces tienes que ir a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) para buscar el folleto o la web donde se publican. Explicación: un fondo se puede comercializar en varias plataformas.

¿Qué fondo nos conviene? Como apuntábamos se trata de tener una inversión con rentabilidad y segura, así que nos centraremos en los fondos garantizados: lo que ganes menos impuestos y comisiones, para ti; si has perdido, tienes una rentabilidad garantizada. Ah, y que no haya renta fija. Puede parecer más seguro, pero siendo garantizado es absurdo poner un 20% por ejemplo en algo que te hará perder valor total, al tener intereses mínimos o incluso negativos. Veamos las opciones de fondos con objetivo a medio plazo (2-7años):


  • Fondos sobre dividendos: rentabilidad moderada pero útiles si queremos ir recogiendo cosecha para reinvertir por ejemplo en el sistema de interés compuesto. Se recogen dividendos del 1% trimestral (4% anual). SI
  • Fondos estructurados: los más habituales. Recomendable que repliquen sobre índices que no sobre acciones concretas, ya que habrá menor fluctuación y estará diversificado al máximo. El plazo lógico de 2-5 años para abrir un fondo hará que la rentabilidad mínima sea aceptable (4-6% anual en el peor de los casos). SI

Si queremos invertir a largo plazo y diversificar más:

  • PIAS o plan individualizado de ahorro sistemático: una buena opción, teniendo en cuenta que los tres últimos años han tenido una rentabilidad media del 8%. No son ni planes de pensiones ni planes de jubilación. Recordemos: huyamos de los planes establecidos más comunes. Se trata de no hacer lo que la mayoría hace. SI
  • Fondos de rentabilidad objetiva: demasiado fluctuante y complejo y sin garantizar. NO

Los PAC o planes de acumulación de ahorro

También dentro del medio-largo plazo (mínimo a 5 años), no te líes. Digamos que es una forma sistemática y preestablecida de ahorro a interés compuesto. No os sonará porque no es muy utilizado en España. La idea es sencilla y suena muy bien: para qué andarse con rodeos y estar pendiente de fluctuaciones y coyunturas. Lo mejor es diversificar de manera absoluta en varios fondos globales (por sectores, áreas geográficas) y que el gestor lo vaya moviendo a lo más rentable en cada momento. No vas a dar pelotazos al no adelantarte y posicionarte en suelos (léase mínimos en análisis técnico). Estarás en la ola adecuada en cada momento aunque sin surfear mucho. Vamos a ver un ejemplo concreto, que replicaría continuamente en el PAC:

Imagina que aportas 100 euros cada mes para comprar las acciones. Imagina que la acción está a 100, por lo que el primer mes compras una. Al mes siguiente la acción ha bajado a 50, por lo que puedes comprar 2 en vez de 1. El resultado: has comprado 200 euros en títulos y has obtenido 3, por lo que te ha salido de media la acción a 66,6 euros.

Se trata por tanto de minimizar posibles pérdidas y maximizar beneficios pero sin riesgo excesivo, aportando y replicando, como un circuito.

Vale, diréis que no hay gran diferencia con un fondo bien diversificado. En esencia no si no lo usas para lo que está hecho el PAC como dijimos: moverse continuamente en virtud de los mercados y jugar al alza y a la baja. Cómo:

Cuando el mercado x bajara posicionarnos con el doble, triple o lo que puedas de la aportación base.

Recapitulemos: hemos realizado una auditoría personal para ver nuestro patrimonio, activos, pasivos; hemos trazado un objetivo y asesorado con un experto financiero para sopesar opciones y marcar un plan realista; tenemos ya la base de sobre la que empezar a ahorrar en dos bloques iniciales: cuenta ahorro “móvil” usando el interés compuesto y ahorro a medio-largo plazo (según nuestro efectivo, uno o ambos) para invertirlo en fondos-PAC.

Desde esta base podemos ya ir construyendo hacia arriba. El último escalón sería la renta variable con riesgo, a corto plazo, la inversión a campo abierto digamos pero como apuntamos se dejará para lo último. Antes entraremos en un terreno extenso que nos permitirá conseguir ese dinero ahorrable o bien aumentarlo mediante el cambio de chip: eliminación de gastos o ahorro, servicios gratis, ingresos extra, etc.

Seguimos en el próximo post añadiendo elementos al circuito…
Solemos quejarnos, nos quejamos mucho de no tener ahorrado o no llegar a fin de mes. Como apuntamos, trataremos el tema de cómo ahorrar, pero antes iremos contra dirección, es decir, hablaremos de dónde y cómo meter el dinero ahorrado. Es simplemente un modo de animaros al acto del ahorro. Y si piensas que no es posible, veremos como siempre lo es con una planificación y sobre todo un cambio de mentalidad en cuanto a posesiones y servicios inútiles o excesivos.

Está claro que lo más valioso cuantitativamente es el tiempo y el dinero. Pues veréis cómo, eso sí, a largo plazo, vuestro ahorro puede hacer, gracias al interés compuesto, que también seáis ricos en tiempo, es decir, que podáis vivir de lo ahorrado y rentado, aunque con realismo y sólo si se dan unas condiciones y se empieza con tiempo. Y si ya tenéis una edad, sólo quedará sufrir por el dinero que tendríais si hubierais ahorrado desde digamos los 18 años. Haced los cálculos, pero veamos un ejemplo comparativo:

1.000 euros a un año y con interés del 4 % al año tendremos:

1000 x (1+4/100) =1040 €

Y así sucesivamente si repitiéramos la operación cada año. Sería un interés simple. Nada si quitamos la inflación, costes o impuestos. Seguramente hasta pierdes dinero.

Pero si reinvertimos los intereses, la cosa cambia, y al siguiente año tendríamos:

1040 x (1+4/100) = 1081,6 €

No parece gran cosa, pero probad a extrapolarlo durante años. Se llama interés compuesto y simplemente consiste en reinvertir los intereses acumulados. Por ahora no hace falta más, no hay riesgo, tipo fijo y a rentar. Más adelante veremos cómo meternos en otras opciones, eso sí, ya con cierta formación y conocimiento acumulado. Vamos, como en los intereses. Basta por tanto por no dejar el dinero al albur de lo que estime el banco. Merece la pena el “esfuerzo” de reinvertirlo cada vez que vence el plazo.

Pero ojo, hay que considerar una serie de factores y conceptos. El primero de todos es el famoso tipo de interés, distinguir entre:


  • Tipo de interés nominal (T.I.N.): es el porcentaje que se pacta como concepto de pago por el dinero prestado o depositado.
  • Tasa efectiva anual (T.A.E.): es la rentabilidad al final del año. Indica el rendimiento efectivo de una operación financiera. Sería el T.I.N. más el tipo de interés nominal, las comisiones, los gastos bancarios y el plazo. Su valor es siempre anual.
  • El T.I.R. o tipo de interés real mide el interés teniendo en cuenta la inflación o pérdida del valor del dinero. Lo que queda es verdaderamente lo que te ha rentado el dinero.

Distinguir por tanto entre el tipo de interés y la rentabilidad: el primero no incluye los gatos, comisiones, etc. de una operación financiera; el segundo sí que está influida por estos costes.
Si los cálculos te resultan engorrosos o como a servidor, las matemáticas no son lo tuyo, el Banco de España pone a nuestra disposición una calculadora TAE

Lo que está claro es que hay que tener mucho cuidado con lo que te venden, sobre todo si pides un préstamo (aunque en esta serie estaría totalmente prohibido), ya que por ejemplo un TIN nominal del 0% se puede convertir en un TAE de más del 10% si por ejemplo nos aplican una comisión de apertura del 4% con un préstamo de 6.000 euros. La clave por tanto es mirar el TAE.



¿De qué más hay que cuidarse cuando quieras hacer crecer tu dinero? Pues de lo siguiente, todo curiosamente ocultado o liado por los bancos:
  • El pago de impuestos: tributa al 21% como rendimiento de capital. Más adelante hablaremos de los impuestos. 
  • El tipo de interés: es difícil encontrarlos mayores del 4-5%, límite para ganancia real (veremos por qué).
  • La inflación: el valor del dinero hoy no es el de mañana. Significa que 1.000 euros a una subida de precios media del 3% habría que añadir 30 euros anuales para que sean siempre 1.000 euros “reales”. 
  • Las comisiones: de gestión, mantenimiento, cancelación… 
Calcula bien por tanto qué cantidad mensual puedes aportar y con qué total inicial puedes abrir la cuenta y haz números, porque un cálculo de 100 euros mensuales al 10% durante 50 años habríamos ahorrado 60.000 euros, con un rendimiento de intereses de ¡1.672.433 euros! Pero claro, es tan optimista como un tipo de interés poco probable y sin contar todo lo referido anteriormente. Pero ya ves, bastarían unos años para poder vivir de los rendimientos, teniendo en cuenta que en esta serie minimalista no se necesita tanto dinero para vivir con calidad el resto de de tu vida. Pero de ello hablaremos también posteriormente, porque este hilo no es sólo guía y hacer números, sino reflexionar y cambiar de modo de vida.

Como esto no es un manual de qué fácil es todo, veamos el ejemplo de lo que comentamos para ver cómo se lo monta el sistema para que ganes lo menos posible y seguir atado a tu nómina:

1.000€ en un depósito a plazo de 1 año que ofrece un tipo de interés del 4% anual, pagado al vencimiento, tasa de inflación anual del 3% (aunque la tendencia actual de los próximos años sería casi plana, a lo japonés) y gravamen fiscal del 21%.

Intereses percibidos: 4% x 1.000 € = 40 €.
IRPF = 21% x 40 € = 8,4 €.
Intereses netos de IRPF = 40 – 8,4 = 31,6 €

Pero falta asumir la inflación:

Para mantener la riqueza, necesitaríamos recuperar 1.000 € + 3% x 1.000 € = 1.000 € + 30 € = 1.030 €.

Descontamos por tanto los 30 euros y el IRPF: 31,6 € – 30 € = 1,6 € 

En cristiano, el beneficio real, rendimiento, sería: 1,6 x 100)/1.000 = 0,16% (de 40 euros)

Lo que quiero que entiendas es que siempre todo estará en contra pero usando las diferentes opciones de ahorro, ahorrando con tiempo y moviendo tu dinero sin hacer caso a lo que el banco te señale, podrás tener a medio plazo un buen dinero ahorrado, a largo plazo una jubilación jugosa y anticipada y si como en uno de los ejemplos usas el interés compuesto desde que por ejemplo nace tu hijo, podría vivir de lo rentado casi toda su vida. Sí, ya sé, suena mal, quizá prefieras que trabaje muy duro toda su vida y en algo que no le guste y no poder tener la libertad de elegir hacer algo que le llene y se le de bien o no hacerlo. Tú decides. Es libertad. Son números. 

Seguimos en el siguiente post con el tema bancario como base como decíamos para luego, una vez ordenado el panorama y sabiendo los objetivos, ver cómo gastar menos, ganar más, pagar menos, oportunidades, etc. 
Bien, el primer paso ya está hecho. Hemos analizado qué tenemos, qué gastamos, qué queremos y podemos ahorrar y hemos buscado el banco más adecuado a nuestros intereses. Ahora se trata de, dentro de lo posible, usar el banco en tu beneficio y no al revés, llevar tú la iniciativa.

Lo normal es abrir para empezar una cuenta nómina, pero ¿y si estás en paro, o eres autónomo o freelance? No te preocupes, hay numerosos bancos que ofrecen cuentas nómina sin nómina y algunas de ellas con remuneración. Una vez más, las más recomendables son las de banca online, que además suelen ofrecer las tarjetas gratis (por supuesto, como ya apuntamos, no tendrás que pagar nada por los servicios bancarios). No obstante, siempre buscar las que te devuelven un porcentaje de los gastos fijos (recibos de luz, gas, móvil, etc.).

Tarjetas

Aquí empezamos a practicar el minimalismo. Evita tener más de una tarjeta y que sea por supuesto de débito, salvo una excepción: que para ciertas transacciones como por ejemplo alquilar coche o ciertas compañías aéreas se necesite tarjeta de crédito. No hay problema porque ya estamos en un banco donde toda tarjeta es gratuita pero ten en cuenta unas pautas básicas:

- No contrates un límite elevado. Intenta que no supere el montante de tu nómina y así evitas tentación de uso.
- Úsala sólo en los casos citados, sólo en los estrictamente necesarios, porque si no entrarás en una espiral de deber y con el aumento paulatino de intereses (consulta sobre todo por tanto el tipo e interés aplicado a tu tarjeta). 
- La mejor forma de evitarlo es no llevarla nunca consigo. Así te asegurarás de que su uso sólo sería para lo comentado de excepciones donde no puedes usar la de débito. Nada más. 
- Liquida el uso que hayas hecho cada mes, sin fraccionar y así evitarás la espiral de intereses. Es decir, seguimos a máxima de no gastar más de lo que ganas. NUNCA. 



Hasta aquí fácil pero ya alguno dirá que por esa regla de tres no se podría comprar un coche o un piso, salvo que tengas mucho efectivo ahorrado. Pues ya trataremos ese tema, de la creación de necesidades y gastos innecesarios y opciones más rentable pero por ahora, al menos en los gastos menores, seguir esa máxima a rajatabla. 

Vale, ya tenemos nuestra cuenta y nuestra tarjeta o como mucho dos tarjetas. No necesitamos más, ni tarjetas de fidelización, ni de crédito no asociadas... Sólo nos hará convencernos de que tenemos que gastar más de lo que en realidad es y así falsamente pensaremos que estamos ahorrando sobre ese gasto y gastar más o con más frecuencia. Es uno de los trucos más eficaces que usan. 

Ahora toca lo más vital y complejo, cómo ahorrar y si tienes dinero ahorrado, activos en efectivo ¿cómo hacer que tu dinero crezca y las mejores opciones para ello? Siendo lo más importante y lo que te puede dar a la larga libertad financiera o al menos un importante remanente para tu calidad de vida, apenas nos preocupamos de ello y o bien nos fiamos de lo que nos ofrece nuestro banco o como mucho buscamos simplemente la cuenta con mayor tipo de interés.

En la siguiente entrega abordaremos la clave de todo el entramado de uso eficiente de tus recursos en el apartado de activos: cómo gastar menos para poder siempre ahorrar y cómo ahorrarlo, y así conseguir el cóctel adecuado. Pero poco a poco. Sólo adelantarte dos cosas que son la madre del cordero: la distinción entre los tipos de interés TIN, TAE y TIR y la maravillosa acción del interés compuesto
Ayer estuve viendo otra de las favoritas para los Oscar: 'Spotlight', y he de decir que como periodista sales orgulloso de la sala. Recientemente también vi la chilena 'El Club', en este caso incomprensiblemente olvidada para el Oscar a la mejor película extranjera. Ambas abordan uno de los temas más asquerosos y desgraciadamente frecuentes en la religión: el abuso infantil. 

Fotograma de 'Spotlight'

Fotograma de 'El Club'

No voy a hablar del aspecto cinematográfico de ambas, por otro lado notable, ni tampoco de la lección de cómo hacer periodismo de investigación que supuso el trabajo de Spotlight, sino del problema que tratan y sus ramificaciones. Ambas no tienen nada en común salvo en el tema. Si en 'Spotlight' se aborda en profundidad pero aséptico la investigación que llevaron a cabo en 2001 periodistas del Boston Globe sobre los abusos a menores en la iglesia de Massachusetts, en 'El Club' se sumerge de lleno en las motivaciones, sufrimiento interior y suciedad moral de los sacerdotes en un centro de rehabilitación y meditación en medio de la nada. 

En ambos films el secretismo es el denominador común. Algo que se sabe no sólo dentro de la Iglesia sino en el resto de estamentos oficiales pero que hay que tapar y como mucho resolver de puertas adentro con soluciones tan insuficientes como insultantes para las víctimas, destrozadas de por vida y con el recuerdo de compañeros que ni siquiera soportaron el seguir vivos. 

Servidor pasó todo su periplo educativo en un centro religioso. Nunca vi nada raro y en muchos aspectos fue positiva la formación, pero sin duda acaba siendo una fábrica de ateos. El sentimiento religioso es intrínseco del ser humano y si va aparejado a la piedad, la ayuda al prójimo, la empatía, es incluso necesario, pero desde el principio y por mor de precisamente la idiosincrasia del ser humano, se tornó en la herramienta perfecta para la manipulación de masas, el abuso, la justificación de guerras, odios, prejuicios, tabúes y traumas. Todo lo bueno que haya en el estamento religioso (misioneros, mecenazgo de arte, apoyo psicológico), se puede hacer desde lo laico. El religioso que está al pie del cañón en un barrio humilde o en una misión africana lo hace por su bondad per se como ser humano, aunque ellos crean que viene de algo superior y acaben abrazando la institucionalidad.

'Spotlight' y 'El Club', cada uno en su temática y estilo, nos explican desde puntos vista diferentes la misma lacra: la podredumbre moral e institucional que en la raíz se alimenta de lo peor del ser humano, destapando en toda su crudeza el hecho de que la religión, más que salvación, es el vehículo perfecto para la condenación propia y ajena. Los abnegados periodistas del Boston Globe demostraron las insultantes y laxas medidas de la curia para "retirar" a las ovejas descarriadas, una de ellas retratada de manera descarnada el 'El Club': auténticos depredadores que para más inri, usaron su alzacuellos como forma de bula absoluta contra lo más sagrado: la infancia y la dignidad. 

Como en una de las escenas de 'Spotlight' se dice: "están en todas partes", en las mentes y los corazones de sus filigreses y sobre todo en las instituciones del estado y locales, para influir y callar, para crear 'comunidad', en el aspecto más endógeno. En eso si que no mienten y ejercen el poder de dios en la tierra. 
Lo primero, como en casi todo, pecando de libro de autoayuda, es ponerse frente a una hoja y apuntar unas cosillas: 


  • Qué no quieres. 
  • Qué quieres. Objetivos
  • Activos (qué tienes). Pasivos (qué debes y gastos). 
  • Hábitos a reforzar y hábitos a cambiar.



Seamos sinceros. Nos quejamos mucho pero sin antes mirarnos y analizar nuestra situación. Por ejemplo, no llegar a fin de mes puede ser cierto de manera absoluta si apenas gastas en lo que no es básico y no tienes ahorrado, pero conozco muchos casos que sí tienen ahorros (España es como Japón un país con un nivel de ahorro elevado, equivalente a más del PIB) y no llegan porque gastan en conceptos absurdos o bien no se preocupan de buscar mejores precios. Al final es vagancia, desinterés, falta de búsqueda.Todos conocemos o nosotros mismos estuvimos o aún estamos “atrapados” en una tarifa de móvil o de internet delirante, pagando extras que no usamos en seguros o mantenimiento... y nos indignamos por hechos que de nosotros depende evitar. Por ello, antes de meternos en mayores fregados (piso, coche, viajes…), simplemente sería sencillo empezar por tu cuenta de gastos y separar los impepinables (casa, luz, agua…) de los que no lo son, y dentro de los gastos fijos, ver en dónde se puede ahorrar. Te sorprenderás del balance final que te sale. Y si no te sientes constante o capaz, empezamos ya a darte herramientas (gratuitas todas) para que lo hagan por ti, por ejemplo con Fintonic, que te controla todas tus cuentas, te categoriza gastos y avisa de pagos no previstos… De todas formas ya casi todos los bancos tienen su propia plataforma online con servicios similares. 

Por tanto tras realizar tu balance, lo primero por lógica es ver si tu banco es el adecuado y si no, adónde cambiar. Las claves son: que no te cobren comisiones y que te den más intereses (pinchar enlaces). 

Continuamente nos quejamos de lo que los bancos nos quitan o no nos dan. El banco es un negocio que está hecho para ganar dinero a través de tu dinero, así que todo lo que te digan no les creas porque todo será buscando su beneficio y a ti sólo te darán las migajas, cuando no te harán perder dinero (te remito a mi post sobre el dinero y la deuda). Pues bien, si quieres que no te engañen no vale siquiera apuntarte a la OCU o tener un amigo economista. Se trata, repito, de ser autosuficiente, pero de cómo tener nociones básicas de finanzas, contabilidad, etc. hablaremos más adelante, al igual que de fondos, bolsa, fiscalidad... Ahora sólo se trata de empezar la casa por los cimientos y también reclamar que una de las asignaturas troncales de la educación fueran las finanzas y contabilidad. Pero claro, no interesa tener ciudadanos verdaderamente preparados en ese aspecto. Si no, no hay negocio. 

Como aquí no se trata de darte los peces sino de enseñarte a pescar, como mucho te daremos la caña, así que te paso un ejemplo de libro por donde empezar. No te sientas mal por el título, de hecho ser tonto es precisamente seguir dependiendo de lo que te dicen y aconsejan los bancos. 

En resumen: haz balance de tu patrimonio, de tu nivel de ingresos y capacidad o no de ahorro y en virtud de eso escoge el banco más adecuado. Negocia con ellos. Si ven que algo controlas y que haces las preguntas adecuadas te ofrecerán algo o algo más que a la mayoría que firman todo sin saber letra pequeña o comparar, sólo porque es el banco de toda la vida o porque un familiar trabaja en él. Déjate de sentimentalismos y prejuicios. Es tu dinero. No lo pierdas y tampoco pierdas el tiempo. Lo digo porque los bancos online no sólo no cobran nada por nada sino que te ahorrarán desplazamientos y colas. Recuerda que aquí defendemos la riqueza en tiempo tanto como la monetaria. 

En el siguiente post ahondaremos más en los bancos: usar crédito o no, tarjetas, cuentas bancarias, interés simple y compuesto, opciones para transferencias...

Bélgica estuvo varios meses sin gobierno y no pasó nada. En España ocurre tres cuartos de lo mismo. Y podría ser así siempre, de no ser porque nos gusta la burocracia y participar de algo que no depende de quiénes estén, sino que llevan a una dinámica al margen de instituciones. El resto es espectáculo y poder. Pues lo mismo ocurre o debería de ocurrir contigo. Desengáñate. Nadie va a sacarte las castañas del fuego. Los políticos, derechas o izquierdas, viejos o nuevos, están para tener el poder y llevárselo crudo, salvo honrosas excepciones que no afectan al conjunto. Siempre ha sido así, siempre lo será, la historia es testigo. No esperes eternamente ni te refugies en el idealismo. Voy a compartir una serie de artículos encaminados a facilitar la vida cotidiana y mejorar tus expectativas. Sí, se trata de buscar tu camino, de aprovechar lo bueno del sistema que tanto te incomoda a veces y te indigna, que tanto te roba y te desatiende, en tu beneficio. Sin más, sin pretender pensar que es el único modo o saber más o menos que nadie. Simplemente poner negro sobre blanco lo que hay y tú decides qué coger. Y si tu vida parece adecuada, pues enhorabuena. Y si no quieres cambiar, pues no sigas leyendo.

Así que a por ello. ¿Quieres mejorar, soluciones? Empieza por ti mismo y no eches la culpa a los demás, a tu familia, a tus amigos, a los políticos... Verás que no es más que lógica, ventajas y herramientas que te ahorrarán mucho tiempo y dinero. Un concepto que suena bien pero no se aplica luego: minimalismo. Otro concepto que se puede tomar por el lado malo: individualismo. Pero no tomado como egoísmo sino como optimización de tu vida y autosuficiencia, hecho que hará mejorar a tu alrededor y por ende impedirá echar la culpa a todo menos a ti de lo que pasa y de lo que te pasa. La libertad verdadera es una mezcla de tiempo y no dependencia de nadie. Todos podemos ser o pretender ser de una ideología u otra pero al final, no seamos hipócritas, todo es economía: rojos o azules o verdes, salvo que te hagas ermitaño, de puertas adentro, todos, miramos por el bienestar de los nuestros, y eso es dinero y tiempo, ganar, comprar, gastar, vender, ahorrar. Lo demás son milongas.

Intentaré hacerlo por bloques pero será inevitable cierta mezcla al estar muy relacionadas unas cosas con otras: administración, redes sociales, patrimonio, bolsa, empleo, negocios, ocio, deporte, salud, turismo, fuentes de información, apps... La lista es larga pero usaremos la lógica de prioridades para ir desgranando. La vida es tuya y tú puedes ser autosuficiente en parte o total, y así sí poder ayudar también a los demás si lo deseas. De la otra forma, la que la mayoría adopta, es un continuo contradictorio entre deseos y expectativas, entre qué quieres y qué no. Todo ello provoca frustración e ideas que no casan con tu verdadera vida real ni menos aún con la que quieres.

Dicho esto, vamos al lío. Iré dedicando posts más generales o específicos de cómo ganar más, gastar menos, ahorrar más y mejor, no pagar por cosas que son gratis, etc. Por supuesto, cada uno es un mundo y tendrá que analizar primero su vida, de lo que puede o no prescindir, de lo que quiere y no quiere, de si tiene hipoteca, hijos, trabajo fijo, temporal o en paro. Se trata de salir de la zona de confort y ver más allá de la vida convencional que te venden.

En la siguiente entrada empezaremos...