Auditoría personal y manual práctico IV: interés compuesto y tipos de interés
Solemos quejarnos, nos quejamos mucho de no tener ahorrado o no llegar a fin de mes. Como apuntamos, trataremos el tema de cómo ahorrar, pero antes iremos contra dirección, es decir, hablaremos de dónde y cómo meter el dinero ahorrado. Es simplemente un modo de animaros al acto del ahorro. Y si piensas que no es posible, veremos como siempre lo es con una planificación y sobre todo un cambio de mentalidad en cuanto a posesiones y servicios inútiles o excesivos.
Está claro que lo más valioso cuantitativamente es el tiempo y el dinero. Pues veréis cómo, eso sí, a largo plazo, vuestro ahorro puede hacer, gracias al interés compuesto, que también seáis ricos en tiempo, es decir, que podáis vivir de lo ahorrado y rentado, aunque con realismo y sólo si se dan unas condiciones y se empieza con tiempo. Y si ya tenéis una edad, sólo quedará sufrir por el dinero que tendríais si hubierais ahorrado desde digamos los 18 años. Haced los cálculos, pero veamos un ejemplo comparativo:
1.000 euros a un año y con interés del 4 % al año tendremos:
1000 x (1+4/100) =1040 €
Y así sucesivamente si repitiéramos la operación cada año. Sería un interés simple. Nada si quitamos la inflación, costes o impuestos. Seguramente hasta pierdes dinero.
Pero si reinvertimos los intereses, la cosa cambia, y al siguiente año tendríamos:
1040 x (1+4/100) = 1081,6 €
No parece gran cosa, pero probad a extrapolarlo durante años. Se llama interés compuesto y simplemente consiste en reinvertir los intereses acumulados. Por ahora no hace falta más, no hay riesgo, tipo fijo y a rentar. Más adelante veremos cómo meternos en otras opciones, eso sí, ya con cierta formación y conocimiento acumulado. Vamos, como en los intereses. Basta por tanto por no dejar el dinero al albur de lo que estime el banco. Merece la pena el “esfuerzo” de reinvertirlo cada vez que vence el plazo.
Pero ojo, hay que considerar una serie de factores y conceptos. El primero de todos es el famoso tipo de interés, distinguir entre:
Está claro que lo más valioso cuantitativamente es el tiempo y el dinero. Pues veréis cómo, eso sí, a largo plazo, vuestro ahorro puede hacer, gracias al interés compuesto, que también seáis ricos en tiempo, es decir, que podáis vivir de lo ahorrado y rentado, aunque con realismo y sólo si se dan unas condiciones y se empieza con tiempo. Y si ya tenéis una edad, sólo quedará sufrir por el dinero que tendríais si hubierais ahorrado desde digamos los 18 años. Haced los cálculos, pero veamos un ejemplo comparativo:
1.000 euros a un año y con interés del 4 % al año tendremos:
1000 x (1+4/100) =1040 €
Y así sucesivamente si repitiéramos la operación cada año. Sería un interés simple. Nada si quitamos la inflación, costes o impuestos. Seguramente hasta pierdes dinero.
Pero si reinvertimos los intereses, la cosa cambia, y al siguiente año tendríamos:
1040 x (1+4/100) = 1081,6 €
No parece gran cosa, pero probad a extrapolarlo durante años. Se llama interés compuesto y simplemente consiste en reinvertir los intereses acumulados. Por ahora no hace falta más, no hay riesgo, tipo fijo y a rentar. Más adelante veremos cómo meternos en otras opciones, eso sí, ya con cierta formación y conocimiento acumulado. Vamos, como en los intereses. Basta por tanto por no dejar el dinero al albur de lo que estime el banco. Merece la pena el “esfuerzo” de reinvertirlo cada vez que vence el plazo.
Pero ojo, hay que considerar una serie de factores y conceptos. El primero de todos es el famoso tipo de interés, distinguir entre:
- Tipo de interés nominal (T.I.N.): es el porcentaje que se pacta como concepto de pago por el dinero prestado o depositado.
- Tasa efectiva anual (T.A.E.): es la rentabilidad al final del año. Indica el rendimiento efectivo de una operación financiera. Sería el T.I.N. más el tipo de interés nominal, las comisiones, los gastos bancarios y el plazo. Su valor es siempre anual.
- El T.I.R. o tipo de interés real mide el interés teniendo en cuenta la inflación o pérdida del valor del dinero. Lo que queda es verdaderamente lo que te ha rentado el dinero.
Distinguir por tanto entre el tipo de interés y la rentabilidad: el primero no incluye los gatos, comisiones, etc. de una operación financiera; el segundo sí que está influida por estos costes.
Si los cálculos te resultan engorrosos o como a servidor, las matemáticas no son lo tuyo, el Banco de España pone a nuestra disposición una calculadora TAE.
Lo que está claro es que hay que tener mucho cuidado con lo que te venden, sobre todo si pides un préstamo (aunque en esta serie estaría totalmente prohibido), ya que por ejemplo un TIN nominal del 0% se puede convertir en un TAE de más del 10% si por ejemplo nos aplican una comisión de apertura del 4% con un préstamo de 6.000 euros. La clave por tanto es mirar el TAE.
¿De qué más hay que cuidarse cuando quieras hacer crecer tu dinero? Pues de lo siguiente, todo curiosamente ocultado o liado por los bancos:
- El pago de impuestos: tributa al 21% como rendimiento de capital. Más adelante hablaremos de los impuestos.
- El tipo de interés: es difícil encontrarlos mayores del 4-5%, límite para ganancia real (veremos por qué).
- La inflación: el valor del dinero hoy no es el de mañana. Significa que 1.000 euros a una subida de precios media del 3% habría que añadir 30 euros anuales para que sean siempre 1.000 euros “reales”.
- Las comisiones: de gestión, mantenimiento, cancelación…
Calcula bien por tanto qué cantidad mensual puedes aportar y con qué total inicial puedes abrir la cuenta y haz números, porque un cálculo de 100 euros mensuales al 10% durante 50 años habríamos ahorrado 60.000 euros, con un rendimiento de intereses de ¡1.672.433 euros! Pero claro, es tan optimista como un tipo de interés poco probable y sin contar todo lo referido anteriormente. Pero ya ves, bastarían unos años para poder vivir de los rendimientos, teniendo en cuenta que en esta serie minimalista no se necesita tanto dinero para vivir con calidad el resto de de tu vida. Pero de ello hablaremos también posteriormente, porque este hilo no es sólo guía y hacer números, sino reflexionar y cambiar de modo de vida.
Como esto no es un manual de qué fácil es todo, veamos el ejemplo de lo que comentamos para ver cómo se lo monta el sistema para que ganes lo menos posible y seguir atado a tu nómina:
1.000€ en un depósito a plazo de 1 año que ofrece un tipo de interés del 4% anual, pagado al vencimiento, tasa de inflación anual del 3% (aunque la tendencia actual de los próximos años sería casi plana, a lo japonés) y gravamen fiscal del 21%.
Intereses percibidos: 4% x 1.000 € = 40 €.
IRPF = 21% x 40 € = 8,4 €.
Intereses netos de IRPF = 40 – 8,4 = 31,6 €
Pero falta asumir la inflación:
Para mantener la riqueza, necesitaríamos recuperar 1.000 € + 3% x 1.000 € = 1.000 € + 30 € = 1.030 €.
Descontamos por tanto los 30 euros y el IRPF: 31,6 € – 30 € = 1,6 €
En cristiano, el beneficio real, rendimiento, sería: 1,6 x 100)/1.000 = 0,16% (de 40 euros)
Lo que quiero que entiendas es que siempre todo estará en contra pero usando las diferentes opciones de ahorro, ahorrando con tiempo y moviendo tu dinero sin hacer caso a lo que el banco te señale, podrás tener a medio plazo un buen dinero ahorrado, a largo plazo una jubilación jugosa y anticipada y si como en uno de los ejemplos usas el interés compuesto desde que por ejemplo nace tu hijo, podría vivir de lo rentado casi toda su vida. Sí, ya sé, suena mal, quizá prefieras que trabaje muy duro toda su vida y en algo que no le guste y no poder tener la libertad de elegir hacer algo que le llene y se le de bien o no hacerlo. Tú decides. Es libertad. Son números.
Seguimos en el siguiente post con el tema bancario como base como decíamos para luego, una vez ordenado el panorama y sabiendo los objetivos, ver cómo gastar menos, ganar más, pagar menos, oportunidades, etc.