Fulanito de Tal S.A.

Criticamos, siempre en el ojo del huracán, a gobiernos, empresas, corporaciones, instituciones, organismos, organizaciones en general. Les tachamos de insolidarios, injustos, demagogos, farsantes, ladrones y un largo etcétera. Criticamos no sólo su forma, sus actos, sino su fondo, plagado de intereses, ineficacias, mentiras y demagogias. Está bien, es cierto, pero ¿qué hay de nosotros como individuos?


Llevamos dentro, por inoculación, aprendizaje o cuna, el gérmen y el organigrama de aquello que parece ajeno a la individualidad, porque lo que crea el hombre como un todo no deja de ser un reflejo de él como parte: ¿Acaso la mente no actúa como un consejo de administración?; ¿no son parte de nuestros actos fruto de nuestros intereses corporativos?; ¿no intentamos en tiempos de crisis minimizar los daños, mostrar una faceta falsa o desviar la atención?; ¿acaso muchas de nuestras acciones y relaciones no están basadas en el mercantilismo más puro?. ¿No es parte de nuestra vida una enorme despliegue de relaciones públicas y protocolo, un continuo esfuerzo por una adecuada imagen corporativa?; ¿no tenemos en la cabezera de nuestra cama el libro de estilo del engaño a uno mismo y a los demás?


Pensadlo. Si no practicas esas políticas, es que tu empresa, Fulantio de Tal S.A., va bien; si no, deberías hacerte una auditoría interna urgente.


Suerte y que tu empresa llegue a buen puerto.

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