Auditoría personal y manual práctico II: por dónde empezar

Lo primero, como en casi todo, pecando de libro de autoayuda, es ponerse frente a una hoja y apuntar unas cosillas: 


  • Qué no quieres. 
  • Qué quieres. Objetivos
  • Activos (qué tienes). Pasivos (qué debes y gastos). 
  • Hábitos a reforzar y hábitos a cambiar.



Seamos sinceros. Nos quejamos mucho pero sin antes mirarnos y analizar nuestra situación. Por ejemplo, no llegar a fin de mes puede ser cierto de manera absoluta si apenas gastas en lo que no es básico y no tienes ahorrado, pero conozco muchos casos que sí tienen ahorros (España es como Japón un país con un nivel de ahorro elevado, equivalente a más del PIB) y no llegan porque gastan en conceptos absurdos o bien no se preocupan de buscar mejores precios. Al final es vagancia, desinterés, falta de búsqueda.Todos conocemos o nosotros mismos estuvimos o aún estamos “atrapados” en una tarifa de móvil o de internet delirante, pagando extras que no usamos en seguros o mantenimiento... y nos indignamos por hechos que de nosotros depende evitar. Por ello, antes de meternos en mayores fregados (piso, coche, viajes…), simplemente sería sencillo empezar por tu cuenta de gastos y separar los impepinables (casa, luz, agua…) de los que no lo son, y dentro de los gastos fijos, ver en dónde se puede ahorrar. Te sorprenderás del balance final que te sale. Y si no te sientes constante o capaz, empezamos ya a darte herramientas (gratuitas todas) para que lo hagan por ti, por ejemplo con Fintonic, que te controla todas tus cuentas, te categoriza gastos y avisa de pagos no previstos… De todas formas ya casi todos los bancos tienen su propia plataforma online con servicios similares. 

Por tanto tras realizar tu balance, lo primero por lógica es ver si tu banco es el adecuado y si no, adónde cambiar. Las claves son: que no te cobren comisiones y que te den más intereses (pinchar enlaces). 

Continuamente nos quejamos de lo que los bancos nos quitan o no nos dan. El banco es un negocio que está hecho para ganar dinero a través de tu dinero, así que todo lo que te digan no les creas porque todo será buscando su beneficio y a ti sólo te darán las migajas, cuando no te harán perder dinero (te remito a mi post sobre el dinero y la deuda). Pues bien, si quieres que no te engañen no vale siquiera apuntarte a la OCU o tener un amigo economista. Se trata, repito, de ser autosuficiente, pero de cómo tener nociones básicas de finanzas, contabilidad, etc. hablaremos más adelante, al igual que de fondos, bolsa, fiscalidad... Ahora sólo se trata de empezar la casa por los cimientos y también reclamar que una de las asignaturas troncales de la educación fueran las finanzas y contabilidad. Pero claro, no interesa tener ciudadanos verdaderamente preparados en ese aspecto. Si no, no hay negocio. 

Como aquí no se trata de darte los peces sino de enseñarte a pescar, como mucho te daremos la caña, así que te paso un ejemplo de libro por donde empezar. No te sientas mal por el título, de hecho ser tonto es precisamente seguir dependiendo de lo que te dicen y aconsejan los bancos. 

En resumen: haz balance de tu patrimonio, de tu nivel de ingresos y capacidad o no de ahorro y en virtud de eso escoge el banco más adecuado. Negocia con ellos. Si ven que algo controlas y que haces las preguntas adecuadas te ofrecerán algo o algo más que a la mayoría que firman todo sin saber letra pequeña o comparar, sólo porque es el banco de toda la vida o porque un familiar trabaja en él. Déjate de sentimentalismos y prejuicios. Es tu dinero. No lo pierdas y tampoco pierdas el tiempo. Lo digo porque los bancos online no sólo no cobran nada por nada sino que te ahorrarán desplazamientos y colas. Recuerda que aquí defendemos la riqueza en tiempo tanto como la monetaria. 

En el siguiente post ahondaremos más en los bancos: usar crédito o no, tarjetas, cuentas bancarias, interés simple y compuesto, opciones para transferencias...

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