Kubrick

Hace unas semanas, con motivo del 40 aniversario de la llegada (o no) del hombre a la Luna, emitieron un interesante "documental bufo" donde se escenifica el supuesto montaje que orquestó la NASA bajo la batuta de Stanley Kubrick. Cualquier excusa es buena para dar un repaso a mi director favorito, más cuando en marzo se cumplió el décimo aniversario de su muerte. Y sin duda, una de las mejores formas de hacerlo es leer la biografía que hace unos años publicó John Baxter.


Portada de la biografía de John Baxter

“Mirad esos ojos. Miradlos fijamente. Los ojos son el rasgo principal del rostro de Stanley Kubrick. Negros como el carbón, brillan ante nosotros con una apasionada indiferencia hacia la evasión. Cuando pagamos para ver un film de Kubrick, estamos comprando sus ojos. Su capacidad para entender la imagen en movimiento, su sentido de cómo ha de encuadrarse en plano, la perspectiva impuesta por una lente”. Así comienza John Baxter su biografía sobre el cineasta neoyorquino. Son palabras que resumen a la perfección la figura y técnica de Kubrick.

Su vida fue un reflejo de su obra y viceversa. Hijo de emigranes austríacos y judíos, fue ya desde niño una persona extraña e introspectiva y esa imagen le acompañó hasta el final. Pero poca gente conoce detalles de una vida oculta siempre a los medios y que rompe con la idea general que se tiene de Stanley Kubrick: gran aficionado al ajedrez, fotógrafo con 17 años de la revista Look, casado tres veces, Kubrick no sólo fue el ermitaño, maniático y autocrítico que todos conocían, sino también un hombre cinéfilo, satisfecho, improvisador y autosuficiente.


Kubrick en su tiempos de fotógrafo en Look

Etapa americana


Centrémonos en su irrepetible y peculiar obra, llave para conocer no sólo a este cineasta, sino también al género humano y sus miserias. Tras una serie de cortos y documentales, donde hacía de todo -director, montador, cámara, fotógrafo, guionista-, en 1955 estrena su primera película, El beso del asesino, una incursión en el cine negro, de moda en aquella época. Pronto se fijan en él y ese mismo año le dan la oportunidad de rodar su primer film de cierto presupuesto, Atraco perfecto, un thriller matemático donde inventó una nueva forma de hacer cine: contar una historia desde diferentes puntos de vista a través de “flashbacks”. Fue la única película con guión original de Kubrick, ya que en el resto de su carrera optó por adaptar libros.



Fotograma de 'Atraco Perfecto'

Tras este film ya es conocido en Hollywood como un joven prodigio de la técnica. Entre sus admiradores está Kirk Douglas, con el que rodará en 1957 el film antibélico Senderos de gloria, prohibido en Francia y España hasta los años 80. Repetirá con Douglas en 1960 al recomendarle éste para que sustituyera a Anthony Mann en la dirección de Espartaco. Fue la única superproducción que realizó Kubrick y en la que no controló todo el proceso. Sin embargo, con 26 años logró una gran obra de tres horas de duración y con la que consiguió cuatro Oscars.


Fotogramas de 'Espartaco'


El ojo escrutador


Tras esta etapa que se puede considerar como “ortodoxa”, Kubrick empezó a elegir, gracias a su temprano prestigio, sus propios proyectos sin importarle el riesgo o la comercialidad. Así, en 1962 estrena Lolita, basada en una obra de Nabokov. La historia de un hombre obsesionado con la sensualidad de una niña llevó el escándalo por donde se estrenó.


Fotograma de 'Lolita'

Con Lolita, a Kubrick ya se le considera un genio rebelde en Hollywood, hecho que él mismo lo corrobora al trasladarse definitivamente a Londres, desde donde, encerrado en su fortificada mansión, rodó el resto de sus películas. Tras estrenar en 1963 la farsa política sobre la guerra nuclear ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú, empezó a dilatar los rodajes: cada estreno de Kubrick se convierte en un acontecimiento.


Pasan cuatro años hasta que estrena una nueva película, la mítica 2001: Una odisea del espacio. Considerada una de las obras maestras de la historia del cine, supuso la reinvención de la ciencia-ficción y hasta tal punto se revolucionó la técnica de los efectos especiales, que abrió el camino para realizar films como La guerra de las galaxias o Alien. Tal fue la perfección con la que quiso rodar Stanley Kubrick, que mandó construir una nave a tamaño natural con una centrifugadora giratoria.


Fotograma de '2001: una odisea en el espacio'

El extraño maestro

Las polémicas La Naranja Mecánica (1971), Barry Lyndon (1975), El Resplandor (1980) y La chaqueta metálica (1987), fueron las cuatro últimas joyas que nos regaló un Stanley Kubrick cada vez más enigmático y a la vez respetado. Sacó de ellas varios Oscars, pero nunca le dieron uno como mejor director.



Fotogramas 'El Resplandor'

Nos dejó como legado su última obra, Eyes Wide Shut, adelantada como tantas otras a su tiempo, con esa visión tan lúcida del género humano, de sus obsesiones, de sus callados deseos. En definitiva, cine veraz y de verdad, valiente, reflejo de un mundo que seguimos negando en parte.


Fotograma de 'Eyes Wide Shut'

Si queréis saber más, os recomiendo esta biografía y dar un "paseíto" por aquí:




Disfrutad de sus pelis y espero comentéis vuestra favorita y por qué.

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