De todo y de nada
Hoy me he levantado más nihilista de lo habitual. El nihilismo es, entre otras cosas, una negación de la realidad, y me niego a aceptar unas cuantas: me niego a aceptar que los sistemas democráticos imperantes son la forma mejor de gestionar una sociedad, porque no es verdad; me niego a aceptar que la economía se rija por leyes partidistas y se encorsete en ideas capitalistas o comunistas, porque es sólo la forma de que unos cuantos se enriquezcan y tengan el poder; me niego a creer nada de lo que oigo o leo y la mitad de lo que veo, porque "sólo es noticia aquello que alguien quiere ocultar, lo demás es publicidad"; me niego a soportar continuamente lo políticamente correcto sin ir a la raíz del asunto o el problema, porque es el pendón (en ambas acepciones) de la inacción y el statu quo...
Podría seguir en una interminable lista, pero para que me entendáis mejor, y concretando más, en definitiva me niego a soportar a los políticos mediocres, los falsos aduladores, los periodistas sectarios o intocables, las hipocresías de empresa, los horarios inhumanos, la adicción al estrés, el autoengaño para evitar afrontar cómo eres o lo que quieres; el ruido, la estupidez, el peloteo, la mediocridad... En definitiva, la realidad, y como tal, la niego.
Afortunadamente, cada vez somos más los que nos negamos a seguir en la caverna.
Y vosotros ¿qué no estáis dispuestos a soportar?
(Para empaparos del tema, os recomiendo Los aforismos de Nietzsche, nihilista de pro).