Lecciones no aprendidas

Qué decepción. Esperaba un análisis revelador y sacar conclusiones jugosas. El título era extenso pero sugerente: "Lecciones aprendidas de la crisis económica japonesa y similitudes con la conyuntura económica actual", conferencia organizada por la Fundación Ramón Areces. El ponente no podía ser más autorizado, el ex Ministro de Interior japonés y ex Viceministro de Finanzas, Heizo Takenaka. Exposición árida la suya, llena de cifras macro pero sin el fondo comparativo que nos prometían. ¿Lo mejor? La intervención previa de otro ilustre ex ministro que os sonará más, Josep Piqué, las acertadas preguntas finales de los asistentes y la perlita-titular final que dejó el señor Takenaka ante una de ellas: "Imposible para los políticos entender las finanzas". Pues con eso nos quedamos. Desde luego escuchándole nos creíamos su afirmación y al menos se agradece su honestidad tan propia de aquellos lares.


No oculto mi admiración por el pueblo nipón: por sus logros, su tecnología,su forma de trabajar y de ver la vida. De ahí que las expectativas fueran altas. Sabemos que Japón lleva años estancada (ya me gustaría a mí estar estancado como ellos). Igualmente sabemos de sus bondades productivas, su capacidad tecnológica, su mano de obra cualificada. Un país en recesión, sí, pero que rara vez ha tenido una tasa de paro superior al 5 %. Paradojas de la economía, o mejor dicho del modelo productivo, como apuntaba acertadamente Piqué, lanzando una esperada puyita al gobierno de Zp. Esperábamos entonces lecciones aprendidas y consejos, como rezaba el título de la conferencia, pero nada de eso hubo. Pura retórica política.


Te reafirmas entonces en que la clase política no distingue de calidades, que son causa. Al menos esperabas que el señor Takenaka nos dijera cómo imitarles en lo mucho bueno que tienen, pero eso era ponerse en evidencia. Allí, por mucho que se empeñen los gobernantes, el paro no se dispara al 20 % por ejemplo... Josep Piqué le preguntó sobre ello, era obligado. El ex ministro nipón señaló a su colega varias medidas: ayudas directas al empleo, división de la demanda, control de la inflacción; añadió la depreciación de la moneda pero obviamente no es posible ya.


Heizo Takenaka se limitó durante su intervención a recorrer cronológicamente la historia económica de su país en las tres últimas décadas y las medidas que se tomaron, especialmente durante su etapa en el gobierno a principios del 2000. Japón, tercera economía mundial tras EE.UU. y China y tercera potencia exportadora tras China y Alemania, lleva tres décadas de recesión técnica con esporádicos intervalos de mejora. Su productiva y tecnificada economía no impidió que sufriera una crisis similar a la vivida ahora: caída del Nikkei y de los precios en los 80, burbuja inmobiliaria, inyección de dinero a los bancos a finales de los 90, pérdida de confianza... ¿os suena?


Comenzado el milenio, y con Takenaka formando parte del gobierno, las medidas dieron algunos frutos que no duraron mucho. El problema bancario continuaba, a pesar de inyectar el gobierno dinero equivalente al 5 % del PIB. Depreciación de moneda, escándalos financieros, burocracia excesiva..., nos sigue sonando.


Afortunadamente, como pasa en este tipo de eventos, hay turno de preguntas y suele ser más fructífero que la charla en sí, resgringida como en este caso a un plano discurso. Inteligentes preguntas de preparados asistentes que hurgaron en las heridas de Davos, la especulación bursátil y la incompetencia política. Eso sí, como buen político anunció un nuevo Bretton Woods para cambiar las reglas de juego. Y es que era japonés, sí, pero político y doctorado en Harvard...

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