De vuelta por Toscana I

Introducción, consideraciones y logística



Ante todo aclarar que esta no es una guía para visitar los circuitos habituales y menos aún las ciudades y grandes destinos toscanos: Florencia, Siena, Pisa, Lucca... En anteriores viajes y estancias ya las conocí bien y por tanto el objetivo de este viaje es conocer esa Toscana más auténtica aunque igualmente turística, la tantas veces reflejada en el cine, la Toscana rural y costera, la de los parques naturales, las rutas vinícolas, las termas, las ruinas y vestigios etruscos y los enclaves medievales. No podré evitar extenderme pero aún así voy a ser lo más conciso posible, porque lo visitado y "visitable" es tan inabarcable que se podrían llenar muchas más páginas a este diario de viaje.

Por tanto para los que no conozcáis Toscana, os servirá para añadir a los circuitos habituales las para mí imprescindibles rutas que os voy a mostrar. Los que no tengáis el tiempo necesario, obviamente habrá que centrarse en Florencia, Siena, Pisa y sus alrededores, para lo que se necesita al menos una semana. Si tenéis dos o más semanas, añadiría sin duda las rutas, al menos una parte, que he realizado, lo que da una idea bastante aproximada de lo que ofrece Toscana. Decir también que he simplificado lo más posible los recorridos y que sólo haciéndolos se ve descubriendo una sorpresa tras otra sin necesidad de guías, y los nombres los pondré en el original italiano no por esnobismo sino por practicidad ya en el GPS libre habrá que marcar los destinos en su nombre original para que les reconozca.

Logística


Lo ideal para realizar estos circuitos es volar a Pisa, lo más cercano a todo lo que vamos a recorrer y por supuesto, totalmente imprescindible, alquilar un coche en el mismo aeropuerto, bastante barato si lo haces a través del billete de avión como ocurre con Ryanair. Aun en el caso de que en tren o bus fuera factible todo el tour, la belleza continua del entorno y el atractivo de parar en innumerables rincones, casas-vinotecas, calas, ruina etruscas, etc. hace que el coche sea la mejor y casi única opción válida. Hay que decir que las carreteras están en relativo buen estado, casi mejor las secundarias y que las autovías curiosamente, aunque la señalización es a veces confusa y liosa (no así las indicaciones de lugares pintorescos, rutas de bici y senderismo, etc.), por lo que se hace también imprescindible un GPS. No os preocupéis por no tener la tarifa allí; hay apps como Navfree (el que se usó), que te ofrece una navegación perfecta sin datos, cargando simplemente el mapa de Italia. La gasolina es cara, variando bastante de una estación a otra, por lo que lo mejor es alquilar un coche de bajo consumo, teniendo también en cuenta que el 90% de los recorridos son con continuas curvas, pendientes y descensos. Se puede acortar en tiempo y km usando autovías o bien peaje, pero primero es caro y segundo se trata obviamente de disfrutar del viaje tanto como del destino y meterse digamos por todo el meollo de la región.

Alojamiento

Hay innumerables hoteles, bed&breakfast, campings y casas rurales por toda Toscana. Al tener coche y poder ir a la playa por ejemplo en unos minutos, el ahorro es considerable si escoges un alojamiento más alejado de la costa o bien en el interior más alejado igualmente de pueblos más grandes o turísticos. Una gran parte te ofrecerán alquiler de bicis (Toscana está llena de rutas para senderistas y ciclistas) y recorridos pintorescos o actividades.

Con un cuartel general en un bonito entorno, un coche y un GPS, estamos listos para conocer la Toscana interior y costera, alejados como digo de las grandes y turísticas ciudades.


Ruta Val d´Orcia

La primera ruta realizada en estas vacaciones comprende la zona más típica de Toscana, el corazón de la región y la que posee más parajes reconocibles sobre todo en películas y fotos representativas de la región. Tanto es así, ocurriendo también en el resto de rutas que realicé, que te encontrabas continuamente con coches parados en las cunetas para fotografiar los parajes increíbles, lugares pintorescos y vistas. Por tanto, el recorrido en coche es recomendable hacerlo a velocidad moderada, primero porque te ayudará a ir viendo y parando en esos lugares privilegiados y segundo para evitar encontrarte a la salida de una curva de esas carreteras sinuosas con un coche invadiendo parte del carril, fruto de la emoción turística de sus ocupantes. Lógicamente, si vas solo, mucha precaución con distraerte demasiado ante tanta tentación a un lado y otro de la carretera pero si vas con copiloto o tú mismo haces de tal, sería un delito no ir indicando estas paradas.






Pero centrémonos ya en la ruta. Como ocurrirá con el resto de rutas que describiré, siempre se han realizado evitando las carreteras principales, es decir, autopistas y peajes (bastante caros, por otro lado). Usaremos las carreteras secundarias para poder disfrutar de todos los rincones y sorpresas que ofrece el camino a pesar de no contener prácticamente tramos rectos o llanos, pero vale la pena la incómoda conducción porque nos adentraremos en el corazón de bosques, parques naturales, colinas, montañas, viñedos, lugares pintorescos o villas típicas, además de acortar en kilómetros, aunque no en tiempo, la visita de cada pueblo.

Desde Massa Marittima, donde estaba ubicado el alojamiento, buscamos dirección Siena o bien en el GPS, siguiendo un orden de dirección para cada pueblo a visitar, marcaremos el destino más cercano de la ruta, en este caso Montalcino. Al llegar nos encontraremos con una rotonda de acceso al casco viejo y la Fortezza. De obligada visita el Duomo y la Piazza del Popolo.






Continuamos camino, entre viñedos, cipreses y villas típicas toscanas hacia San Quirico D´Orcia y Castiglione D´Orcia, unidas por la denominada carretera del vino. Pasados estos dos pueblos, de visita breve, el objetivo es Pienza, de gran riqueza artística. En sus medievales calles nos iremos encontrando con el Duomo, el Palazzo Comunale, Palazzo Piccolomini y la Piazza Pio II.


Abandonamos la espectacular Pienza y nos seguimos dirigiendo siempre hacia el este para llegar a Montepulciano, corazón de este valle y sin duda el destino más famoso y representativo de la zona. Como casi siempre haremos (es lo más cómodo y recomendable, oscilando los precios entre los 50 céntimos y el euro y medio la hora), dejamos el coche en los parkings habilitados en los inicios de las poblaciones para recorrer a pie las normalmente empedradas y estrechas calles. En este caso, haremos parada en el siempre obligado Duomo, además del Palazzo Cervini, Piazza Grande y Palazzo Conducci. No me estoy extendiendo en las características, historia o peculiaridades de las calles y monumentos de cada lugar porque el diario sería demasiando extenso y cada cual según sus gustos e interés deberá centrarse en unos u otros, para eso están las guías o indicaciones que os darán en las siempre céntricas oficinas de turismo.

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